En estos días, han circulado chistes, videos y comentarios de maestros y profesores acerca de la sobrecarga que supone el envío de tareas a los alumnos a través de plataformas de apendizaje, la corrección de dichos ejercicios, la sobreabundancia de mails del alumnado y el agobio que todo esto supone para el cuerpo de profesores.
Conviene, entonces, reflexionar acerca de algunas decisiones didácticas útiles a la hora de diseñar actividades en línea:
Enseñar y aprender virtualmente
no es una copia fiel de lo que -como docentes- haríamos en una clase. El aprendizaje mediado por los recursos tecnológicos supone cambios significativos en su planificación e implementación:
- Es preciso reformular las propuestas ofrecidas a los alumnos para convertirlas en eficaces en la virtualidad.
- Las preguntas que guían el diseño de una propuesta virtual apuntan a qué queremos que los alumnos aprendan y qué van a hacer para aprenderlo. Es decir, focalizar la temática y la actividad del alumnado.
- Plantear problemas, desafíos, situaciones a resolver; no sólo cuestionarios..
- Subir a la plataforma una extensa guía de trabajo para que cada uno la conteste individualmente y la entregue no garantiza el aprendizaje.
- Es importante diseñar propuestas donde los alumnos tengan que interactuar a partir de las consignas y los materiales virtuales: foros de discusión, paneles, wikis o documentos colaborativos, líneas de tiempo, mapas conceptuales, juegos, etc. Para tal fin, existen numerosas aplicaciones que pueden ser útiles. Muchas están incluidas en las mismas plataformas de e-learning.
- Distinguir claramente cuáles actividades serán grupales y cuáles para resolver individualmente. Organizar los agrupamientos.
- Establecer tiempos para la participación colectiva que el docente puede ir monitoreando durante el proceso. La inmediatez conspira en los procesos de aprendizaje mediados por la tecnología.
- Incluir en la propuesta alguna instancia de chat o videoconferencia donde alumnos y docentes puedan vincularse para conversar sobre las dudas, orientar los trabajos y mantener activo el vínculo entre el que enseña y los que aprenden.
- Finalmente, dos cuestiones ineludibles: 1) revisar la elaboración de las consignas que tienen que ser claras, precisas, secuenciadas. Recordemos que el vínculo ya no es "cara a cara" sino mediatizado y asincrónico. 2) Explicitar claramente las instrucciones de uso del espacio virtual o de la aplicación que estemos utilizando.
Norma Del Buono
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